viernes, 2 de marzo de 2012

Tostas Melba



Dame Nellie Melba fue el nombre artístico de una cantante de opera australiana, cuyo verdadero nombre era Helen Porter Mitchell. De esta popular artista de finales del siglo XIX, toman su nombre estas afamadas tostas, creación del gran chef  Frances Auguste Escoffier.
Uno de los padres de la hotelería moderna, el suizo Cesar Ritz, ve en Escoffier, (que por aquel entonces ya era uno de los chefs más prestigiosos del momento), el candidato ideal para dirigir las cocinas del Gran Hotel de Montecarlo.
 
Tras el éxito obtenido y habiendo colocado la cocina del Gran Hotel entre las mejores del mundo se traslada a Londres de la mano de Ritz para recalar en el majestuoso hotel Savoy (hotel en el que por cierto, tuve la suerte de trabajar cuando tenia tan solo 20 años). Es aquí durante el 1897 que la cantante de opera Nellie Melba se hospeda en el hotel. Su obsesión por la mantener la figura a penas le dejaba comer estas delicadas tostadas que le sirvieron como base de su alimentación durante su estancia en Londres. Tanto las comió, que finalmente Escoffier las rebautizo como tostas Melba, ya que en origen las llamo tostas Marie, en homenaje a la esposa de Cesar Ritz.  También en honor a esta cantante de la que era un ferviente admirador, creo el archiconocido melocotón Melba.
Estas tostas se convirtieron rápidamente en acompañante imprescindible de terrinas, pates, pasteles, embutidos y gran numero de aperitivos. Hoy en día se siguen sirviendo con asiduidad en numerosos restaurantes de calidad, también las podemos encontrar ya preparadas en los supermercados, aunque no se aproximan ni en textura ni en sabor, ya que resultan muy gruesas y duras comparándolas con las caseras.

Hay varias maneras de prepararlas, pero my favorita es semicongelar la barra de pan, (puede ser pan blanco, de cereales, integral o incluso pan bimbo que no se haya cortado a rebanadas), para posteriormente cortar finas lonchas con ayuda de la cortadora de fiambres. Colocar sobre una bandeja de horno e introducir en este con la función de grill, esperar hasta que dore ligeramente y dar la vuelta. Retirar y conservar en un recipiente hermético aislado las tostas de la humedad para que no se reblandezcan.


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